19/12/2011 (00:02:10 seg)
Como ya les he dicho en más de una ocasión, lo malo no es acostarse con el disgusto de la derrota, del último puesto, de las expectativas de cara al descenso y a una posible desaparición del Real Zaragoza. Lo peor es levantarse al día siguiente, o dos días después, como en esta ocasión y darse cuenta que no ha sido una pesadilla, que es algo real y que se repite a lo largo de los tres…