Título: Tarde de cine

Totó subió la cuesta y, al llegar a la puerta del cine, arrojó la bicicleta al suelo. Eran justo las doce y las mujeres de mantilla salían de misa en honor a San Valero. Dentro, en la cabina de proyección, le esperaba Alfredo. Alfredo siempre dejaba que Totó le acompañara el tiempo que duraba la película. Dos horas y cinco minutos más tarde de aquel veintinueve de enero, el joven Totó abandonaba boquiabierto la sala pues jamás pudo imaginar que un señor italiano al que no conocía hubiera filmado una película en la que él mismo era el protagonista.

Autora: María Pilar Royo Martín